Es el libro una herramienta de estudio insustituible. Frente al poder adictivo de las pantallas, el texto impreso garantiza el constante ejercicio de la lectura: un hábito del todo necesario en el progreso académico de nuestros alumnos.
El libro de texto no es un recurso aislado: junto a él, actúan otros materiales didácticos (incluidos los soportes digitales), que hábilmente orquestados por la acción docente, proporcionan al alumno una instrucción completa.